la tumba vacía y escuchan el anuncio del ángel: “Ha resucitado, no está aquí” (16:6). Tal como había predicho, Jesús consigue vencer a la muerte, confirmando así sus reivindicaciones mesiánicas. No obstante el evangelio termina de una forma extraña y desconcertante. Aunque Jesús ha resucitado, las mujeres están conmocionadas y temerosas. No le dicen nada a nadie (16:8). Esto, por supuesto, no quiere decir que el autor tenga duda alguna sobre la resurrección. En la historia de Marcos, Jesús, un personaje
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